La antigua alumna del Grado de Traducción e Interpretación de la Universidad de Salamanca ocupa el tercer puesto como mejor estudiante a nivel nacional según la Sociedad Española de Excelencia Académica (SEDEA)
¿Por qué elegiste esa carrera? ¿Tenías claro lo que querías estudiar?
Decidí estudiar el Grado en Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca por diferentes razones, pero principalmente porque creo que los idiomas son clave en la actualidad. Siempre se me dieron bien, me gustaban y vi en ellos una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Quizá esta sea la razón más obvia, pero, si voy un poco más allá, diría que me encanta el componente social que implica ser un puente entre culturas, personas y lenguas. Me llena nuestra labor comunicativa e interpersonal de los traductores e intérpretes, aunque muchas veces no se le dé el valor que realmente tiene. Además, la comunicación multilingüe está presente en todos los ámbitos, por lo que la idea de poder dedicarme a cualquiera de ellos me llamaba mucho la atención. Siempre tuve claro, desde que supe de la existencia de esta carrera, que quería estudiarla.
¿Cómo fue tu experiencia como universitaria en Salamanca? ¿Alguna anécdota que destacar?
Soy salmantina, así que para mí estudiar en mi ciudad natal ha sido un gran privilegio. Puede parecer que me perdí esos cambios asociados a la etapa universitaria, pero nada más lejos de la realidad. En la Universidad de Salamanca y en la ciudad cada día es diferente. Para mí, estudiar el grado aquí ha sido la oportunidad perfecta para redescubrir mi ciudad y ver otra de sus múltiples caras. Como anécdota, destacaría todas las experiencias internacionales que he podido vivir en diferentes países de Europa por pertenecer a esta universidad.
¿Cómo te sentiste cuando te premiaron? ¿Te esperabas un reconocimiento por todo tu trabajo?
La verdad es que me sentí feliz y satisfecha con el trabajo hecho. Cuando te presentas al ranking de la Sociedad Española de Excelencia Académica, debes aportar toda la documentación que quieres que su comisión de expertos evalúe más allá del expediente académico. Fue ahí cuando me di cuenta de la cantidad de cosas que había hecho. Un reconocimiento así nunca te lo esperas porque hay gente muy válida a pesar de que haya quien diga que los jóvenes de ahora somos una generación perdida. Conozco a gente que ha quedado por encima de mí en el ranking y que también ha conseguido muy buenos puestos en otros grados, y les admiro tanto personal como profesionalmente. Todos tenemos nuestros proyectos, intereses e inquietudes, nuestro camino ha partido de nosotros mismos, de nuestra iniciativa por mejorar y crecer.
¿Qué se te ha valorado en este reconocimiento? ¿En qué consistía tu participación estudiantil? ¿Qué idiomas hablas? Desarrolla todo este proceso.
El ranking no solo valora el expediente académico, aunque hay que tener cierta nota media para acceder. También se tienen en cuenta aspectos tan diversos como la participación u organización de congresos y actividades, el emprendimiento, las prácticas, las estancias en el extranjero, las publicaciones académicas, el voluntariado y la acción social o los cursos de formación adicionales. En mi caso, la participación estudiantil me dio muchos puntos. Desde que empecé a cursar la ESO, formé parte de FADAE, la Federación Autónoma de Asociaciones de Estudiantes de Castilla y León. Ahí comenzó toda mi labor como representante, que más tarde pude ampliar perteneciendo al Consejo Escolar de Castilla y León como estudiante, al CONDELE de la USAL, a la Delegación de Estudiantes de la Facultad de Traducción y Documentación como presidenta o a la Junta de Facultad de mi centro. En este sentido, he estado siempre donde he podido contribuir y ayudar. En cuanto a los idiomas, actualmente hablo seis: español, francés, inglés, alemán, italiano y lengua de signos española. Casi todos los he perfeccionado en el grado, aunque el aprendizaje, por ejemplo, de la LSE, es una iniciativa propia porque apenas hay formación al respecto, no se le da tanta importancia en el ámbito académico como al resto de lenguas.
¿Hacia dónde quieres ir en el futuro? ¿Cuáles son tus planes?
Para una persona tan inquieta como yo, esto es muy difícil de contestar. Por el momento, estoy trabajando como traductora en plantilla y como profesional autónoma mientras curso el doctorado en la Universidad de Salamanca y un Experto en Accesibilidad a la Comunicación y a los Contenidos Culturales en el ISTRAD. Me encantaría seguir investigando, pero es un camino muy duro. Lo que sí tengo claro y a mi alcance es seguir formándome y especializándome en accesibilidad, sostenibilidad y marketing, los campos en los que trabajo.