Las ausencias de Diego Ortiz de Calzadilla en la cátedra de astronomía de la Universidad de Salamanca habían venido siendo cubiertas por el Fernando de Fontiveros, becario del Colegio Mayor San Bartolomé desde 1472, que fue nombrado titular de la cátedra en 1476, tras haberse graduado en Teología en 1474. Cuando Fontiveros renunció a la cátedra en 1481, para tomar los votos como fraile franciscano, el puesto pasó a ser ocupado por Diego de Torres.
Nacido en Salamanca el 27 de enero de 1435, así lo dejó escrito en su obra “Opus astrologicum”, Diego de Torres no era colegial de San Bartolomé como otros catedráticos de matemáticas de su época, pero después de licenciarse en artes y medicina fue atesorando méritos, ejerciendo desde 1469 como profesor sustituto en las cátedras de Retórica, Medicina y Filosofía Natural. En el caso de esta última, llegó a concurrir al concurso celebrado en el curso 1479-1480 para su adjudicación, que finalmente ganó Antón Rodríguez tras una enconada lucha con el catedrático de teología y prior del convento de los Dominicos, Fray Diego de Deza, quien luego sería personaje clave en el reinado de los Reyes Católicos: tutor de su hijo príncipe Juan, inquisidor general de Castilla, y mediador para que Cristobal Colón lograra el apoyo de la corona para su viaje.
Como ocupante de la cátedra de matemáticas hasta 1496, Diego de Torres colaboró con Juan de Salaya y de Abraham Zacut, de cuya obra fue traductor al castellano. En 1484 tradujo también “De Sphaera Mundi”, el tratado de la esfera de Juan de Sacrobosco, utilizado como “libro de texto” de sus clases de astronomía. Entre sus estudiantes tuvo al que luego sería gran teólogo y matemático de la Universidad de Alcalá, Pedro Sánchez Ciruelo, que entre 1482 y 1492 se formó en Salamanca, antes de marchar a París donde escribiría sus “Comentarios a la Esfera de Sacrobosco” inspirado por la obra de su maestro Diego de Torres.

Pero Torres destacó especialmente por sus propios textos astrológicos, en particular su gran obra “Opus astrologicum”, compuesta por cuatro tratados completados en 1484. El primero de ellos consta de 9 capítulos, dedicados al arte de hacer casas conforme a la situación de los planetas determinada por tablas astronómicas y el uso del astrolabio, el segundo de 11 capítulos y el tercero de 6 capítulos versan sobre la confección de horóscopos para juzgar un nacimiento, y el cuarto de 3 capítulos se dedica a la astronomía práctica de la predicción de eclipses.
Sobre este tema, publicó en 1485 un curioso texto astrológico donde se relaciona las matemáticas y la medicina: “Eclipse del Sol. Medicinas preseruativas y curatiuas y remedios contra la pestilencia que significa el eclipse del sol del año de mil cccc.lxxxv a xvi de março”. En la misma línea, cabe citar también sus obras “Astrologicum commentarium” de 1487, “Pronostico o Juyzio nueua y sutilisimamete sacado por fray Diego de tores de lo mas cierto de toda la astrologia. Y ve hasta el año de veynte y cinco” de 1520.

Los Reyes Católicos contaron con Diego de Torres como asesor de la Universidad de Salamanca, con ocasión del Tratado de Tordesillas, celebrado en 1494, donde España y Portugal dirimieron los límites a las tierras americanas descubiertas en los viajes Cristobal Colón. Esta cercanía con la corona, abona la tesis de que Torres hubiera participado también en la Junta designada por los Reyes Católicos para examinar el proyecto de Colón durante el invierno de 1486 a 1487, de la que formaron parte ilustres personajes de la época ligados a Salamanca como el confesor de la reina Isabel, Fray Hernando de Talavera, y el que fuera rector de Salamanca, Rodrigo Maldonado.
