Gema Martín Borgas, originaria de Barruecopardo, pueblo Salmantino, cercano a las Arribes del Duero. Atleta desde hace 22 años, especializada en cross y ruta.

Pertenece a la comunidad universitaria Salmantina, ya que ha estudiado Trabajo Social en la Universidad de Salamanca. Su faceta laborar también ha estado marcada por el deporte. Como bien describe Gema “el deporte es lo único que ha permanecido intocable a lo largo de su vida”.

Te criaste en un pueblo de no muchos habitantes, ¿cómo recuerdas esa época?, ¿cómo influyó eso en el deporte?

Esa época la recuerdo con mucho cariño, mi madre era la que llevaba las actividades extraescolares y dentro de los deportes a los que jugábamos estaba el atletismo, y era el más popular ya que lo practicábamos casi todos los niños que estábamos en Barruecopardo, incluso niños de otros pueblos cercanos se desplazaban hasta allí los días que tocaba “entrenar”. Recuerdo risas entrenando/jugando, canciones en los viajes a competir en los Juegos Escolares, parar en el quiosco de Villarmayor cuando volvíamos de Salamanca a Barruecopardo tras competir… Fue la época en la que el deporte empezó a formar parte de mi vida, empezando como un juego compartido con mis hermanos y amigos bajo los cuidados de mi madre para que todos aprendiéramos a disfrutar de el de una forma sana, y debió de hacerlo muy bien ya que 23 años después sigo dedicándome y apasionándome con cada temporada que empieza.

Tu pasión por el atletismo te viene desde una edad muy temprana, ¿cuéntanos cómo empezó a interesarte esta disciplina?

A los 6 años ya corría mis primeras carreras, es cierto que el objetivo que me movía a ello por aquel entonces era que al llegar a meta nos daban a todos los niños una bolsa de golosinas… pero lo que realmente me hacía feliz de pequeña era seguir los pasos de mis hermanos ya que ellos también realizaron atletismo, y los tres empezamos a dar nuestro primeros pasos deportivos con nuestra madre… el ambiente en casa era genial, ya que mi hermano mayor era lanzador de peso, mi hermano mediano saltaba altura y yo corría todas las distancias disponibles, así que siempre teníamos tema de conversación, y aprendíamos unos de  los otros.

Sabemos que a los 14 años te viniste a salamanca para poder entrenarte de manera más profesional en el atletismo ¿cómo fue ese cambio?

Duro…reconozco que soy una persona muy familiar, y me costó mucho separarme de mis padres y mis hermanos. Lo pase mal, y no fue una buena época ya que se juntó con una situación también negativa en el lugar donde estudiaba… menos mal que tenía mi grupo de atletismo que era lo que me ayudaba a evadirme de los malos momentos.

Por suerte todo se solucionó… y me hice a la idea de que mis padres solo querían lo mejor para mí, y con el paso del tiempo empecé a disfrutar no solo de entrenar aquí, en Salamanca, si no de vivir en la ciudad.

Durante tus 22 años como atleta, ¿cuál es tú mejor recuerdo, en este ámbito?, ¿y por qué?

Cuando gané mi primera medalla de oro en un campeonato, fue en Albacete, en la prueba de los 1000 m.l. Puedo cerrar los ojos y sentir ese día como si fuera ahora… recuerdo que una chica de Burgos iba muy destaca del resto de atletas, pero a falta de una vuelta otra chica y yo le empezamos a recortar la distancia, tanto que cuando faltaban solo 200 metros para meta la pasamos, y corrimos todo lo que pudimos hasta el final. ¡Quede 1ª de España por un segundo! Con una marca por debajo de los 3 minutos en 1 km…pero lo más emocionante fue abrazar a mis padres nada más terminar… estaban radiantes, felices…recuerdo ese día y me hace sonreír, fue muy bonito.

En 2004 sufriste una lesión, que te aparto 2 años del atletismo, ¿cómo recuerdas esa experiencia?

No me gusta hablar de lesiones, me da la sensación de que es como si las invocáramos jejeje pero esa lesión me sucedió en el peor momento que me podía pasar, porque estaba compitiendo a nivel internacional, y además a buen nivel también de rendimiento, lo que pudo desencadenarla también, era muy joven, entrenamientos muy exigentes y un ritmo de competición alto, estaba claro que tenía muchas papeletas para lesionarme. Recuerdo la época de la lesión muy dura, lloraba mucho por no poder correr, es más recaí por querer empezar sin recuperarme al 100%, pero de todo se aprende, y ahora cuido muchísimo la postura a la hora de correr, acudo al fisioterapeuta con bastante asiduidad, me hago analíticas periódicas para ver el nivel de desgaste muscular, programo el descanso después de entrenar… esto cuidados para mí también forma parte del entrenamiento “anti-lesivo” como lo suelo llamar.

Continuando en esta línea, ¿crees que esa fue tu peor experiencia durante todos los años en los que llevas practicando atletismo?

En el atletismo… como en la vida, todas las experiencias malas con el tiempo se vuelven buenas, de todo en la vida se aprende y te ayuda a madurar, para que no te vuelvan a pasar… yo con el paso de los años ya no me disgusto, o no por mucho tiempo porque intento sacar el lado bueno de todo lo que me pasa, es cierto que las lesiones duelen en muchos sentidos… física y emocionalmente porque te privan de una actividad importante para uno mismo, pero yo he intentado realizar otras actividades cuando me he lesionado o fortalecer zonas que cuando entreno no he cuidado tanto. Pero actualmente cuido muchos aspectos para prever y evitar lesiones.

Bien es sabido que para ser deportista necesitas ser disciplinado y entrenar constantemente ¿cómo llevas este tema? ¿Ha sido fácil conectar con tus entrenadores?

El atletismo es como cualquier actividad que quieres desempeñar en tu vida, para que salga bien, debes dedicarle tiempo. Para mí, ya no es cuestión de disciplina, es mi forma de vida, entreno a diario de forma natural, no es un esfuerzo, es un placer, ya que es tiempo que invierto en mí, como estudiar, trabajar… lo importante es centrarte en lo que haces cuando lo haces y no olvidar el motivo que te llevo a ello.

A nivel de entrenadores… si me cuesta, soy una persona con bastantes actividades diarias, y algunos entrenadores quieren más dedicación, otros tener más control sobre el entrenamiento, ya que a mí me gusta entrenar con mi pareja o sola… pero actualmente puedo decir que he dado con el entrenador perfecto, Alberto Bravo es una persona comprensiva, que me valora más allá del atletismo, es mi amigo, conoce mis inquietudes más allá del deporte, él es triatleta, y sabe de propia mano lo que es compaginar deporte de alto nivel con más actividades. Le admiro y le valoro por eso nuestra relación entrenador-atleta fluye de forma natural, espero retirarme de este deporte con él a mi lado… dentro de muchos años.

Vamos a hablar ahora de tu faceta como estudiante, antes de licenciarte en Trabajo Social comenzaste otra carrera universitaria, Ciencias Políticas, ¿por qué decidiste dejarla, y comenzar a estudiar Trabajo Social?

La carrera de Ciencias Políticas no me atrajo nada… tenía otra visión de ese Grado pero la ficción no fue superada por la realidad, y mi otra opción era Trabajo Social, un Grado que empecé con un poco de vergüenza por llegar con el curso ya comenzado pero en el que he aprendido no solo cosas teóricas y prácticas, ya que son unos estudios que a medida que vas avanzando en sus cursos vas creciendo como persona. Ejerza o no esta profesión, ya me ha cambiado la vida el solo estudiarla.

Normalmente la Universidad se empieza al acabar el instituto, no fue tú caso, ¿verdad? ¿Estudiar en la Universidad a una edad más tardía que el resto de tus compañeros supuso algún problema para ti?

No supuso ningún problema ya que había más gente en clase de mi edad, e incluso más mayores. Sí que es cierto que valoras más el tiempo dedicado al estudio, porque tienes otras actividades, en mi caso he tenido que compaginar trabajar, estudiar y entrenar, y quizá eso es lo más complicado pero con organización y trabajo diario todo se puede conseguir.

Sin abandonar el deporte, ¿te gustaría comenzar tú carrera profesional en el ámbito del Trabajo Social?

Creo en el deporte como agente de cambio en las personas, y si, muchas veces he pensado en trabajar en un proyecto que uniera deporte y Trabajo Social, porque creo que alejándolo del ámbito competitivo, (en algunas ocasiones, en otras incluso la competición puede ser una terapia de mejora) el deporte puede ayudar a muchas personas a estructurar su vida, a conseguir objetivos más allá del deporte pero a través de los valores que inculca este, como son la disciplina, el trabajo diario, la paciencia, saber que para conseguir algo no solo importa el trabajo físico que hagas, que debe acompañarse de un estilo de vida sano, de positividad, de trabajo en equipo, de empoderamiento de la persona…

El deporte tiene mucho potencial a nivel individual y colectivo, a veces me da pena no tener tiempo para poder estudiar más este “concepto de deporte” porque creo que sería muy útil, sobre todo en grupos de adolescentes.

Para finalizar, ¿te planteas una vida sin el atletismo? ¿Te imaginas como hubiera sido tu vida si no hubieras conocido esta disciplina?

Soy incapaz de pensar en mi vida sin el atletismo, o sin el deporte. Sé que seguiré corriendo hasta que las piernas aguanten, y el corazón lo soporte, es una actividad que forma parte de mi vida ya como comer o dormir… son 23 años saliendo a entrenar todos los días de mi vida (menos lesiones y descansos) y es más, cada vez me encuentro mejor a nivel de competición y de motivación, por lo que cada vez lo tengo más claro que no, no podría vivir sin correr.