Los libros de claustros de la Universidad de Salamanca recogen en 1464 el cese de en la cátedra de astrología/matemáticas de Nicolás Polonio por ausencia prolongada (simultaneaba su magisterio con el oficio de médico real) y el nombramiento como sucesor en el cargo de Juan de Salaya, maestro graduado en Teología. Salaya había ingresado en 1459 como estudiante del Colegio Mayor de San Bartolomé, en el que continuó siendo colegial hasta 1467 (año de su matrimonio), iniciándose así una saga de “astrólogos bartolomeos” en el estudio salmantino, que se prolongaría durante la segunda mitad del siglo XV.
Juan de Salaya, al que se le atribuyen alguna de las tablas astronómicas recopiladas en “Tabulae ad meridianum Salmantinum”, dejó la cátedra de astrología en 1469, para pasar a ocupar la cátedra de lógica, sin abandonar por ello la astrología, como lo demostró al escribir sobre la interpretación de un eclipse de sol ocurrido en 1478: “Aconteció un horrible eclipse de Sol en el que se vieron todas las estrellas y del que se seguirán, entre otros grandes males, pestes, muertes de pontífices y de príncipes” (tal que así fue lo que ocurrió, con la epidemia de la peste de 1479).
En 1481 Juan de Salaya se encargó la traducción al castellano del “Gran Tratado” de Abraham Zacut (obra que en 1496 sería resumida y traducida al latín en Portugal, bajo en nombre de “Almanaque Perpetuo”). Zacut, que fuera el gran astrónomo de la época, estaba en aquella época afincado en Salamanca, aunque por su condición de judío no podía acceder a la docencia en la Universidad (estaba prohibido por el Derecho Canónico), lo que no le impidió colaborar en esa traducción con Salaya, del que era amigo.
Además, Salaya publicó en 1502 sus comentarios a la “Physikes Akroáseōs” (Física de Aristóteles), de quien también comentó la obra “Da Caelo” (Sobre el cielo) dedicada a la cosmología.
Se menciona asimismo a Salaya como protomédico de la reina Juana I de Castilla, de la que recibió en 1532 el encargo de revisar la obra “Tratado de la Esphera y el arte de marear” del portugués Francisco Faleiro, quien diseñara la expedición con la que Fernando Magallanes completó la vuelta al mundo.
Sobre su vida personal, se sabe que Juan de Salaya fue cuñado de Nebrija, y que dejó como descendencia tres hijos: Sancho de Salaya, que llegó a ser doctor en medicina y también catedrático de astrología en la Universidad de Salamanca, otro que como doctor en leyes llegó a ser inquisidor de Toledo y canónigo de Coria, y un tercero (Hernando) licenciado en leyes, que ejerció de abogado en diversos pleitos.