La diversidad lingüística se considera en la actualidad un patrimonio cultural que ha de protegerse internacionalmente. La UNESCO promueve el estudio y la enseñanza de las lenguas. Para llamar la atención sobre la relevancia de la tutela de los distintos idiomas, especialmente de los minoritarios, se ha declarado el 21 de febrero el “Día Internacional de la Lengua Materna”, pues “El uso de las lenguas maternas en el marco de un enfoque plurilingüe es un componente esencial de la educación de calidad, que es la base para empoderar a las mujeres y a los hombres y a sus sociedades” (Irina Bokova, directora general de la UNESCO). Se abandonan así aquellos planteamientos que abominaban de esta diversidad e incluso la imputaban a maldiciones divinas, como la explicada en el episodio bíblico de la torre de Babel.

El cultivo de las lenguas maternas se enriquece notablemente con el interés por el aprendizaje de otras. Las personas comprenden mejor las distintas realidades humanas si saben expresarse además en otras lenguas diferentes de la materna. Nadie se arrepiente de ser bilingüe o políglota. Sin embargo, la generalización del interés por versarse en lenguas o, simplemente, por hablar un idioma distinto del propio, se ha producido recientemente. En muchos países el estudio de otras lenguas ha quedado reservado históricamente a la minoría dirigente, puesto que, en definitiva, entender y traducir libros y noticias otorgan una ventaja comparativa.

Los grandes encuentros entre pueblos fomentaron siempre intercambios culturales y, por ello, lingüísticos. TGrammatica_Nebrissensisambién la preeminencia de imperios, reinos o estados da lugar a la extensión de la lengua oficial de los mismos. Sucedió con el castellano, con la lengua española, cuando cruzó los océanos. Su enseñanza contó con la ayuda inestimable de la “Gramática de la lengua castellana” de Antonio de Nebrija, insigne profesor de la Universidad de Salamanca, publicada en 1492, ideada para su aprendizaje por personas de tierras lejanas. Puede afirmarse, así las cosas, que los métodos propios de enseñanza del español encuentran su origen en Salamanca en el siglo XV.

La globalización, en el sentido contemporáneo del término, genera la necesidad de aprender aquellos idiomas que adquieren la condición de vehiculares, entre los que se halla el español. La singular creatividad de los años veinte del pasado siglo, propia de un bienestar limitado territorial y socialmente en un periodo entre dos grandes guerras, anuncia ya el valor del cosmopolitismo e invita al multilingüismo en ámbitos supranacionales. Nuevamente la Universidad de Salamanca se situó a la vanguardia docente en este campo y organizó sus primeros cursos internacionales y de lengua española en el año académico 1928-1929.

El orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial provoca un
profundo cambio en la percepción cultural, política y económica del planeta. Aparecen nuevos intereses y necesidades de comunicación. Se fomenta la filología moderna, y ahí destaca Salamanca con su prestigiosa Facultad de Filología, y empieza a extenderse el gusto por el aprendizaje de otros idiomas. La Universidad de Salamanca retoma con gran éxito sus Cursos internacionales de Lengua y Cultura Españolas en el verano de 1963, gracias a la iniciativa del profesor César Real de la Riva.

La incorporación de España a la Unión Europea, el relanzamiento de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, la creciente consideración del español como lengua vehicular internacional, la extensión del multiculturalismo y del mestizaje cultural, amén del protagonismo sociopolítico y comercial del fenómeno de la globalización, abren oportunidades a la enseñanza de la lengua española y exigen la modernización en los métodos docentes y en la certificación oficial y con validez indiscutida del nivel de conocimiento.4081031227_5722182feb_b

Se sitúa la Universidad de Salamanca otra vez en cabeza con la constitución en 1989 de su sociedad de Cursos Internacionales. Se dota con ello de un instrumento de gestión ágil y eficaz, que posibilita el nacimiento de otras figuras, como la sociedad Escuelas de Lengua Española Universidad de Salamanca (ELE USAL). Recuérdese asimismo que esta Universidad fue pionera en el establecimiento de acuerdos de colaboración en la materia con el Gobierno de España y con Radiotelevisión Española (RTVE). Sobresale la aprobación del DEUS (Diploma de Español de la Universidad de Salamanca) y del CEUS (Certificado de Español de la Universidad de Salamanca), así como el denuedo por innovar (manuales exclusivos ELElab) y por formar con un alto nivel al profesorado de español, de lenguas maternas distintas, que enseña nuestro idioma en el sistema educativo de otros países.

La Universidad de Salamanca se ha esforzado por facilitar la acreditación oficial. Es consciente de que para acceder a puestos de trabajo de empresas y Administraciones Públicas, así como para ser admitido en ciertas titulaciones, universidades u otras instituciones de enseñanza, no basta con disponer de competencias lingüísticas, sino que resulta imprescindible acreditarlas fehacientemente. Dicha acreditación, basada en la evaluación de las competencias y su posterior certificación oficial, valoriza el currículo académico y profesional. Destaca su contribución decisiva al diseño de los Diplomas de Español como Lengua Extranjera (DELE) y del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE), cuya actividad comenzó en enero de 2016, resultado de la colaboración de la Universidad de Salamanca, el Instituto Cervantes y las Universidades Autónoma Nacional de México y de Buenos Aires, con el respaldo tecnológico de Telefónica-Educación Digital.