Las Universidades de Salamanca y Bolonia tienen algunas cosas en común, como la antigüedad de ambas, sus primeros estatutos, la vocación jurídica e incluso el uso de un mismo lema. La famosa locución latina “Salmantica docet”, Salamanca enseña, es la misma que “Bononia docet”, Bolonia enseña.
Fue en el siglo XVI cuando en Salamanca se adoptó esta divisa que puede contemplarse en un medallón a la entrada de las Escuelas Menores y al que se añadió la frase OMNIUM SCIENTIARUM PRINCEPS.
De esta manera se cambiaba la leyenda que había figurado en el sello de la Universidad desde que el papa Alejandro IV en 1255 autorizara su uso, que decía SIGILUM UNIVERSITATIS STUDII SALMANTINI y que está en el zaguán de las Escuelas Mayores.
Bononia docet. Boloña enseña.
Bolonia lleva por emblema “Alma mater studiorum” mientras que Salamanca incorporó al suyo junto a Salmantica docet, la afirmación de ser princesa de todas las ciencias: “ómnium scientiarum princeps”: “de todas las ciencias princesa”.
Pero las traducciones que se hacen de esta inscripción son variopintas y la mayoría lo hacen formando una sola frase. Veamos cual sería su traducción correcta y si se trata de una sola frase o de dos.
La entrada en Wikipedia bajo el título “Universidad de Salamanca”, que remite a una Guía de la Universidad editada por Ediciones Universidad de Salamanca en 1999 y a su autor Teodoro Peña Fernández; nos ofrece la siguiente traducción: “Salamanca es la primera en enseñar la totalidad de las ciencias”
Hay que decir que la traducción de princeps no puede ser la de prima. Además, docet no es docere, ni el genitivo de omnis, omne puede traducirse como “la totalidad”
Pero es que, además, la guía de 1999 a que alude Wikipedia es una reedición del original del catedrático Teodoro Peña Fernández, que murió en 1919 y había publicado en Valladolid esa interesante Guía de la Universidad de Salamanca en el año 1890. A la guía original se puede acceder a través de la web Cervantes virtual.
Se recogen en ella gran cantidad de inscripciones latinas del Estudio y respecto al lema de la Universidad, en su página 9 hace la siguiente traducción: “La Universidad de Salamanca es la primera en la enseñanza de todas las ciencias”. Como se ve no es la misma que aparece en Wikipedia, aunque también es una traducción no literal donde el verbo docet desaparece en perjuicio de la histórica expresión “Salamanca enseña”.
Siguiendo con Wikipedia, la entrada bajo el título “Quod natura non dat, Salmantica non praestat”, nos ofrece otra traducción distinta, aunque paradójicamente tiene una llamada de remisión a la página anterior sobre la Universidad de Salamanca de la misma Wikipedia. Aquí la traducción pasa a ser: “Los principios de todas las ciencias se estudian en la Universidad de Salamanca”
Vemos que la traducción de princeps se aleja aún más de la realidad y el verbo enseñar se transforma en estudiar.
Una reciente tesis doctoral del 2023, cuyo título es “Los Colegios-Universidad (Universidades Menores), Conventos-Universidad y Seminarios-Universidad en la España de los Siglos XV al XVIII y su ceremonial y protocolo en la tradición universitaria” y cuyo autor es César Pérez Gallego, incluye una imagen del sello de la Universidad (p. 134) y bajo él, puede leerse lo siguiente: “Sello de la Universidad, tras las reformas de su contenido sigilar operado en el siglo XVI (Escuelas Menores) en el que una cátedra con profesor sustituye al Pontífice. Igualmente se ha permutado la leyenda anterior por otra nueva: OMNIUM SCIENTIARUM PRINCEPS SALMANTICA DOCET, En la enseñanza de todas las ciencias destaca Salamanca”.
La falta de literalidad de esta traducción salta a la vista. Desaparece el verbo enseñar y aparece el verbo destacar.
En la misma tesis doctoral (p. 142) se incluye una tabla con los lemas de las diez universidades españolas más antiguas y en la de Salamanca se aporta una nueva y diferente traducción: “Salamanca, reina de todas las ciencias, enseña”. Princeps se traduce por reina (¿?) y sin motivo que lo justifique se separa la expresión Salamanca enseña.
A partir de ahí, podemos encontrar en la red artículos periodísticos, guías y otro tipo de publicaciones, que con pequeñas variaciones, reproducen sistemáticamente las traducciones que hemos visto, como por ejemplo la web stylus.usal.es que siendo iniciativa de la propia Universidad, nos ofrece esta versión libre: “La Universidad de Salamanca, primera en el conocimiento, enseña”.
Es evidente que en el lema que figura en el medallón de la entrada a las Escuelas Menores, no figura la palabra Universidad. Además, el lema en latín utiliza el adjetivo princeps, (princeps, principis), no el adjetivo primus, prima.
En mi opinión, el lema de la Universidad incluye dos frases independientes aunque yuxtapuestas: Salmantica docet, que tiene entidad propia como prueba la existencia de la misma locución latina referida a Bolonia, y la afirmación de ser princesa de todas las ciencias. Omnium scientiarum princeps. Siendo omnium, genitivo de omnis, omne, la traducción es: “De todas las ciencias princesa”.
Princeps, principis, es un adjetivo de la tercera declinación de una sola terminación, pues el nominativo singular del masculino, femenino y neutro son iguales.
Recordemos sobre el significado del adjetivo princeps las expresiones edición prínceps o edición príncipe, ambas en español.
El lema salmantino se adopta a principios del siglo XVI, en tiempos de máximo esplendor y siglos después, esa parte del lema sería duramente criticada por el rector Unamuno.
En su ensayo “Del sentimiento trágico de la vida” se refería a la Universidad endogámica que conoció en estos términos: “Lanzo mi voz que clamará en el desierto y la lanzo desde esta Universidad de Salamanca que se llama a si misma arrogantemente ómnium scientiarum princeps y a la que Carlyle llamó fortaleza de la ignorancia y un literato francés hace poco, fantasma”.
El jurista y escritor Dionisio Garzón en su libro “Desde el brocal del Pozo. De la Universidad de Salamanca al muro de Berlín” recoge esa cita de Unamuno incorporando la traducción “Princesa de todas las ciencias”.
Nos cuenta además que atravesaba entonces la Universidad una de sus etapas de mayor decadencia muy lejana de aquellos días de gloria en que había llegado a tener 14.000 estudiantes y 80 cátedras. Tiempos como aquellos del año 1601 en que llegó allí a estudiar con 14 años D. Gaspar de Guzmán y Pimentel, futuro Conde-Duque de Olivares, que tres años más tarde con sólo 17, sería rector.
Obsérvese que Unamuno critica la frase ómnium scientiarum princeps, individualizándola y dejando aparte Salmantica docet.
Tras estas consideraciones, la respuesta a si el lema incluye una o dos frases es algo que dejo al dictamen de alguien con más autoridad en la materia. Mientras tanto mantendré la singularidad del tradicional Salmantica docet que hace tiempo trascendió a la propia Universidad y se puede aplicar también a una ciudad que es maestra de todos los que la visitan. Salamanca enseña.