La regulación de los estudios en la Universidad de Salamanca se encuentra por un lado en las constituciones otorgadas por la autoridad pontificia (en 1411 por el Papa Benedicto XIII, en 1422 por el papa Martín V), a las que se añadías diversas bulas, privilegios y breves, y por otro lado en los Estatutos sancionados por los monarcas, cuya intervención en los asuntos académicos pretendía completar y adecuar las constituciones, a la vez que trataba de tener bajo su control lo que pudiera acontecer en la Universidad. Como complemento a los Estatutos, los reyes ejercían su autoridad enviando periódicamente a la Universidad los denominados “visitadores”, con potestad de inspectores y sancionadores de la normativa real.
El primer visitador real que recibió la Universidad de Salamanca, enviado en 1480 por los Reyes Católicos para mediar en un conflicto de asignación de cátedras, fue Tello de Buendía, antiguo colegial de San Bartolomé que había sido rector de la Universidad de Salamanca el curso 1443-1444. La segunda visita tuvo por objeto una infructuosa reforma del sistema de asignación de cátedras, y fue encargada por el rey Fernando el Católico y la reina Juana en 1512 a un buen conocedor de la Universidad de Salamanca, Diego Ramírez de Villaescusa, que también había sido colegial de San Bartolomé y fundador en 1500 del Colegio Mayor Santiago el Zebedeo (conocido como Colegio de Cuenca, lugar de nacimiento de Ramírez de Villaescusa).
Tras el fracaso de los primeros visitadores, surge en 1529 el primer proyecto institucional de dotar a la Universidad de Salamanca de unos Estatutos, promovido por el rector Fernán Pérez de Oliva. En el texto, que no llegó a aprobarse, figura la prescripción del temario de matemáticas: “El catedrático de matemáticas leherá arismética y jometría, astrología, perspectiva y cosmografía”. También se indica que los textos a estudiar serán los de Aristóteles, Santo Tomás y Avicena, que constituían el fundamento del modelo docente salmantino de la astronomía.
Es en 1538, tras la inspección realizada a la Universidad de Salamanca por el visitador real Juan de Córdoba, cuando se aprueban los primeros Estatutos del estudio salmantino. En ellos la enseñanza de la astronomía se reparte entre la “cátedra de Fsicos” o de “filosophía natural” y la “cátedra de matemáticas”, dentro de la “facultad de artes”.
Sobre la cátedra de los físicos los Estatutos indican que “El catedrático de Filosofía Natural leerá texto de Aristóteles de la misma ciencia y de la metaphísica…, lo mismo hará el de moral el texto de philosophía” (título XVIII, De lo que han de leer los catedráticos de teología, medicina y filosophía natural y moral, y cómo han de oyr en estas facultades). Además, también se recoge que “…los regentes de filosophía lean quistiones de física sin texto hasta mediados de marzo, de lo natural lean texto De Caelo con glosa hasta fin de mayo, lean De Generatione, texto con glosa, y Metaurus [Meteoros] con texto y glosa hasta vacaciones; y cuando el catedrático de propiedad leyere De generatione, los regentes lean De Anima, texto y glosa. En la cátedra de Físicos de la una se lean Físicos, el texto de Aristóteles, los dos primeros libros hasta Navidad, tercero y quarto hasta medio marzo, quinto y sexto y séptimo hasta Sant Juan, octavo hasta vacaciones” (título XIX, De los regentes en artes).
En cuanto a la cátedra de los matemáticos, los Estatutos prescriben que “El catedrático de matemáticas leerá aritmética y jumetría y astrología, perspectiva y cosmographía, según los oyentes pidieran” (título XIX, De los regentes en artes). Se produce así un curioso añadido sobre el proyecto de Pérez de Oliva, que viene a producir una indeterminación en el contenido específico de la materia.
Tras los Estatutos de 1538 se siguieron produciendo inspecciones de visitadores reales a la Universidad de Salamanca, como la llevada a cabo entre 1550 y 1555 por Diego Enríquez de Almansa, de la que se derivaron unos Estatutos renovados en 1560. Apenas estuvieron vigentes, pues como consecuencia de la inspección del visitador Diego de Covarrubias se aprobaron otros nuevos Estatutos en 1561.
En estos Estatutos desaparece la mención a la cátedra de matemáticas, pero su contenido se potencia incluyendo el estudio de las disciplinas matemáticas dentro de la denominada cátedra de astronomía, situada fuera de la facultad de artes. Así, se prescribe (títulos XVIII): “La cáthedra de Astrología el primer año se lea en los ocho meses Esphera y Theoricas de planetas, y unas tablas, en la substitución astrolabio. El segundo año seys libros de Euclides y Artihmética hasta las raíces quadradas y cúbicas y el almagesto de Ptolomeo o su epítome de Monte Regio, Geber o Copérnico, al voto de los oyentes, en la sustitución la Esfera. El tercero año Cosmographía o Geographía, un introductorio de iudiciaria y perspectiva o un instrumento, al voto de los oyentes, en la sustitución lo que pareciere al cathedrático comunicado con el Rector”.
Es en a siguiente reforma de Estatutos tuvo lugar en 1594, tras la inspección de Juan de Zúñiga, cuando la cátedra pasa a denominase como “cáthedra de mathemáticas y astrología” y el temario se amplía a cuatro años:
“El primer año… la Geometría: los seis libros primeros de Euclides, y la perspectiva del mismo, y la aritmética con las raíces cuadradas, y cúbicas declarando la letra del séptimo, octavo y nono libro de Euclides, y la agrimensura, que es el arte de medir la área de qualquier figura plana. En la sustitución los tres libros de triangulis sfericis de Teodosio”
“El segundo año, sólo la Astronomía, comenzando por el Almagesto de Ptolomeo, y habiendo leído el primer libro, léase el tratado de signis rectis, el de triangulis rectilineis, y sphereis de Christóforo Clavio u otro moderno; después de leído el libro segundo se han de enseñar a hacer las tablas del primer móvil, como son las de las direcciones de Juan de Monte Regio, o de Erasmo Reinoldo. Acabado el libro segundo con sus adherentes, léase la teórica del sol por Puerbachio, y luego todo el libro tercero del Almagesto, y luego el uso de esto por las tablas del rey don Alonso. El segundo cuadrienio léase a Nicolás Copérnico, y las tablas Pruténicas en la forma dada, y en el tercer cuadrienio a Ptolomeo. En la sustitución lea la Gnómica, que es el arte de hacer relojes solares.”
“El tercer año léase la Geografía de Ptolomeo, y la Cosmografía de Petro Apiano, y arte de hacer mapas, el Astrolabio, el Planisferio de don Juan de Rojas, el radio Astronómico, el arte de navegar. En la sustitución el arte militar.”
“El cuarto año la esfera y la astrología judiciaria por el cuadripartito de Ptolomeo y Alcabisio corregidos. En la sustitución, teóricas de Planetas.”