La corriente de pensamiento escolástico, que combinando filosofía grecolatina y teología católica, había venido enseñando conjuntamente la razón la razón y la fe en la Universidad de Salamanca desde su fundación, empezó a ser cuestionada en las universidades europeas a principios del siglo XVI. En concreto en España, la fundación en 1499 de la Universidad de Alcalá por el Cardenal Cisneros, y su enseñanza de la filosofía nominalista (para la que los conceptos universales no son más que nombres) que propugnaba Guillermo de Ockham, supuso una dura competencia para filosofía natural que se venía enseñando en la Universidad de Salamanca, basada en los textos de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, y defendida fervientemente por los frailes dominicos.
Hasta tal punto la situación llegó a considerarse preocupante, que el claustro salmantino designó en 1508 una “junta de los nominales”, que comisionó al catedrático Juan de Ortega para captar profesores de otras universidades españolas para enseñar nominalismo en Salamanca. Lo intentó entrevistándose con Pedro Sánchez Ciruelo, que estaba en aquel momento en Zaragoza, y también con Miguel Pardo, sabio burgalés que tras doctorarse en filosofía y lógica en la Universidad de París se había incorporado como profesor a la Universidad de Alcalá, pero no consiguió convencerlos de que renunciaran a los compromisos que ambos habían adquirido con el Cardenal Cisneros para ejercer su magisterio en Alcalá.
Así es como en 1509 es propuesto para ocupar una recién creada cátedra de nominales en la Universidad de Salamanca, que no llego a ocupar, el matemático formado en el estudio salmantino Tomás Durán.
Nacido en Salamanca, en cuyo convento de San Esteban se había ordenado dominico en 1490, estudió matemáticas con Rodrigo Basurto, de dónde surgió su interés por las obras sobre aritmética y geometría del grupo de los calculadores del Merton College de Oxford (Thomas Bradwardine, Willaim Heytesbury, Richard Swineshead y John Dumbleton), cuya edición en España propició.
En 1503 fue nombrado para ocupar la primera cátedra de matemáticas que se creó en la Universidad de Valencia, para tratar de organizar las enseñanzas según el modelo de la Universidad de París. En Valencia Durán sólo enseñó ese año. Aún así, le dio tiempo a publicar un compendio de la aritmética y la geometría de Thomas Bradwardine, con los textos de perspectiva del maestro inglés John Pecham y del matemático alemán Heinrch von Langestein (Enrique de Hesse), que tituló “Preclarissimum mathematicarum opus in quo continentur perspicacissimi mathematici Thome Bravardini arismetica eiusdem geometría necnon et sapientissimi Pisani carturiensis perspectiva que communis inscribitur cum acutissimis ioannis d’assia super eadem perspectiva questionibus annexis una cum figuris omnio unicuique apud requistis: accuratissime emendatum per reverendum frater Duran”.
En 1504 viajó a Italia, para estudiar teología en el convento de Bolonia, regresando a España en 1509, propuesto como catedrático de nominales de la Universidad de Salamanca, cargo que no desempeñaría, pasando a ejercer como teólogo y científico en diversas localidades de Castilla y de Portugal, hasta su fallecimiento en Toledo en 1545.
El prestigio alcanzado en su magisterio por Tomás Durán le llevó a participar en 1512 en la Junta de Burgos que elaboró las leyes para las tierras americanas descubiertas por Cristobal Colón, y en 1524 en las Juntas de Badajoz, convocadas para delimitar las zonas española y portuguesa en América.